Tal vez no podemos tener un control sobre lo que producen las grandes industrias que son las principales contaminantes del medioambiente, pero sí tenemos voz y poder para poner un orden en nuestro hogar y entorno y comenzar a hacer las cosas bien, pensando siempre en echarle una mano a nuestro planeta que es tan noble con nosotros y le hemos hecho demasiado daño.
Lo primero que debes saber es que no sólo se trata de reciclar, sino aplicar en general las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
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- Reducir: Consiste en reducir al máximo los materiales sólidos contaminantes y los costos de fabricación de los mismos cuando de verdad no son necesarios. Por ejemplo, cuando vamos al mercado, no necesitamos las bolsas plásticas para llevar la comida, así que llevando nuestras bolsas de reciclaje estamos contribuyendo a la reducción de estos materiales contaminantes.
- Reutilizar: Se trata de darle uso a un material como vidrio, cartón o incluso plástico hasta el final de su vida útil. Por ejemplo los frascos de compota o mayonesa que pueden servir para guardar otras salsas o incluso como vasos.
- Reciclar: Para reciclar debemos primeramente clasificar la basura que tenemos y así asignarle un nuevo fin. Por ejemplo se puede utilizar los desperdicios orgánicos como conchas de plátano en forma de abono para nuestro jardín.
Conociendo entonces la importancia de las 3R, ¿cómo podemos reducir, reutilizar y reciclar en nuestro día a día? Sencillo, aquí te dejamos 5 tips muy fáciles que puedes empezar a poner en práctica desde ya:
1. Compra a granel:
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A pesar de que ya el daño está hecho, miles de personas tratan de enmendarlo creando alternativas para no contribuir más con la contaminación. Una de estas son los productos que están a la venta al granel, esto significa que te venden el producto pero no el envase, así que el consumidor debe llevar sus recipientes para verter ahí lo que han comprado. Esto se utiliza mucho con la venta de artículos de limpieza, salsas, harinas, etc. Es una excelente alternativa, pues ahorras dinero y reutilizas recipientes que tenías en casa.
2. Aprende a donar:
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El consumismo conlleva a un desperdicio absurdo de dinero y materiales, y no olvidemos que dichos materiales terminan en la basura y por lo tanto finalizan contaminando aún más. La mayoría de las veces dejamos de utilizar la ropa no porque se deteriore, sino porque simplemente nos deja de gustar, así que en vez de desecharla, busca donarla siempre a familiares o amistades, personas necesitadas o a tiendas de segunda mano. No sólo estás haciendo una buena causa por el ambiente sino que además ayudas a personas que tal vez no tengan la capacidad monetaria para comprar ropa.
Esto también es aplicable para juguetes, libros, muebles, en fin, todo lo que esté en buen estado que ya no utilices, recuerda que tu basura puede ser el tesoro de alguien más.
3. Dale todos los usos posibles al papel:
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En las oficinas es increíble la cantidad de papel gastada para imprimir cosas que al final del día, ¡se irán a la basura! Así que la mejor opción es implementar un sistema de reciclado de papel absoluto. Todo lo que se necesite escribir a mano, hazlo en papel impreso. Incentiva a tu equipo a no imprimir tantas cosas y pasarse la información por correo electrónico, a estas alturas y con la tecnología tan avanzada como la tenemos, es una barbaridad seguir gastando cartuchos de tinta y hojas en eso. Y por último, en el caso en donde sea totalmente necesario imprimir algo, configura en la impresora la función de imprimir por ambos lados de la hoja. Te costará creerlo pero con acciones como estas estás ahorrando dos toneladas de madera utilizado para la fabricación de hojas.
4. Apoya los productos reciclados:
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Como comentábamos más arriba, cada día son más las personas que inician campañas de reciclaje e incluso emprenden bajo este concepto. Mientras que las grandes empresas siguen utilizando materiales contaminantes por ser más económicos para fabricar sus productos y así seguir llenándose los bolsillos de dinero, empresas más pequeñas y eco friendly trabajan de manera limpia y ofrecen productos solidarios con el ambiente -desde su producción hasta el embalaje-. Nosotros como consumidores tenemos la responsabilidad de apoyar este noble trabajo y en vez de comprar en el supermercado el producto convencional, comprar el ecológico y reciclado (esto lo podemos saber al leer las etiquetas). De este modo apoyamos a esas empresas para que sigan creciendo y no le damos más dinero a las grandes corporaciones causantes del deterioro del planeta.
5. Casi todo puede ser reutilizado:
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Y cuando decimos todo, lo es todo. Como comentábamos más arriba, los desechos orgánicos como las cáscaras de frutas y vegetales son magníficos como abono para las plantas en nuestro jardín. Al darle este uso dejamos de comprar los abonos que venden en la tienda que vienen repletos de químicos contaminantes. Los trapos que puedan quedar de ropas desgastadas pueden ser nuestros aliados para limpiar el hogar, y si tenemos habilidades para coser incluso podemos hacer bolsas para la compra en el supermercado. El agua de la lluvia o de los aires acondicionados puede utilizarse para limpiar o lavar el auto, en fin, ¡el cielo es el límite cuando se trata de reutilizar y reciclar!
Como ves, no es nada difícil empezar a implementar las 3R en nuestra vida, ¡incluso puede llegar a ser divertido! Incentivemos a nuestros familiares y amigos a hacerlo, y sobre todo a los más pequeños, no podemos olvidar que ellos son el futuro y en nuestras manos está hacer de las próximas generaciones, unas que ayuden a corregir el error cometido por las anteriores. Vamos a pensar verde en familia que cada acción suma mucho.
